miércoles, octubre 26, 2005

Estoy escondido en el último lugar de la tierra. Desde aquí veo la vida transcurriendo en un parpadeo, en un despertar por la mañana y estar aquí, simplemente. Y tener familia y saber hablar y caminar y comportarse "como dios manda"; y estar en otros lugares, en otro instante; y no saber aún de qué se trata este tiempo que es una brevedad en la historia y este espacio que, a veces, me parece que se termina detras de esos cerros que signan el límite de este estado. Es ahí, en ese momento de repentina lucidez -quizá mi recuerdo más lejano- donde hago por vez primera la pregunta esencial: "¿Por qué?".
Y después no hay marcha atras, las respuestas me conduce a otros sitios, a otras gentes. Me acabo en respuestas y mil posibilidades; las palabras y las cosas giran con el mundo, trato de ir tan aprisa como ellas, no las alcanzo, pruebo una vez más; busco inspiración en la infancia y disfruto de los privilegios -unos cuantos- de ser adulto. Pero no es suficiente.
Escondido en el último lugar del mundo, estoy a plena luz, entre todos,
y aún sin respuestas.

lunes, octubre 24, 2005

una amiga...

Eras una extraña y entrañable amiga.
Jugabas todos los días a adivinar los sucesos detras de nuestra pared, y reunías en la minúscula sala a cualquier cantidad de amigos, de todos los tamaños, de todas las razas, de todos los colores.
Tus temas eran sólo tuyos, yo sólo podía tratar de seguirte, acompañarte hasta el momento en que decidías regresar -y en que forma- Sonreías y, fuera cual fuera el lugar donde nos encontraramos, todo se llenaba de una música grandilocuente. Tu voz era guía para encontrar salida de la negrura de las dudas de esos días.
Ahora el eco ha perdido fuerza, tu voz se apaga con el día; las noches duran eternidades sin tu presencia; ¿dónde estás?
Sigues visitándome en mi ideal, sigues vistiéndote de mujer nacida en mis adentros.

Vaya problema este de ser ajenos y cercanos a un tiempo.

viernes, octubre 21, 2005

¿...?

¿Quíen eres tu que, a todas luces, pretendes que te ignore?
Ello me es imposible, más aún si el viento que roza tu mejilla viene y a contarme que eres tan suave como el algodon que ciñe tu cuerpo, algodon que me mira, te abraza y me incvita a morirme de envidia, y me muero. Y en la tumba escucho a la tierra festejando cada paso tuyo, y en el cielo, cada nube es el lugar perfecto para mirarte a todas horas.
No existe lugar en donde pueda estar a salvo de ti. Mi cabeza es el sitio donde bailas todos los días, espero por ti con ansia y paciencia.
Mírame.
Escuchame.
Quedate.

lunes, octubre 10, 2005

Otras cosas (sueño No. 2)

Tengo una pequeña idea del Aleph.
Tengo una breve idea acerca de Borges.
No tengo idea alguna acerca del futuro.
y otras tantas dandome vueltas en la cabeza.
¿Qué es esta verguenza frente al papel?
Siento como si filtreara con una mujer ¿Qué mujer?
Me esta vedado decir o escribir nombres, pero no puedo quedarmelo mucho tiempo... así que para contener la presión escribiré: "Se trata de ti"

Hecho tanto de menos mi arrojo en el sueño, que pienso dormir en este instante para cambiar esta verguenza por una vida en tus ojos.


Despierto. Aún no estas aquí.

jueves, octubre 06, 2005

Presente

Secuencia de momentos.
Pasar a otra cosa.
continuar y continuar y continuar y continuar y continuar y continuar y continuar y continuar y continuar y continuar y continuar y continuar y continuar y continuar y continuar y continuar y continuar y continuar y continuar y continuar y continuar y continuar y continuar... y no ceder terreno. Estoy cansado, en mi penosa vigilia ventilo ideas y una insiste en su importancia. Es aquel sentimiento parecido a la nostalgia que nos llena cuando las cosas cambian, la no.permanencia de todas las cosas nos afectan a grado tal que puedo parangonear el sentimiento y nombrarlo sin temor a equivocarme. Llamaré sindrome de Peter Pan al no querer que las cosas cambien, al deseo de que mucho de lo que nos rodea permanezca exactamente igual.
Estoy hablando de mis amigos muertos, de quienes han partido a otros rumbos, de quienes simplemente ya no tienen mucho tiempo para llamar por teléfono de vez en cuando. Hablo de aquellas personas que no conocia, y sin embargo, me resultaba grato verlas, hablo de mi familia, hablo especialmente de ti.

Sería lindo que te hubieras quedado.

martes, octubre 04, 2005

infancia (sueño no. 1)

La casa de mi abuelo es mucho más grande y mucho más diferente de lo que recuerdo. Mi abuelo mismo a cambiado, ahora es más gruñon pero también y extrañamente más accesible. Todos los días va a comer a una pequeña fonda donde todos los días sirven de postre mazapanes y dulces de miel. Cuando todos sus nietos estan en su casa -que son, entre niños, niñas y amigos de los niños y las niñas, alrededor de cincuenta infantes- se quedan por largo tiempo, eso desespera un poco a aquel hombre que debe hacer de lado sus paseos vespertinos -que a veces se convierten en memorables jornadas alrededor del mundo- para cuidar a tremenda cantidad de niños. Así que cuando se cansa, va a la fonda donde suele comer y pide ensalada de jicama, y cuando termina llama al mesero y le pide postre de más -casi siempre dulce de miel- lo lleva a casa y en lugar de repartirlo a sus nietos lo hace pedacitos y los esparce por toda la casa para que se llene de hormigas y piquen a todos los muchachos. Cuando esto no funciona, entonces se pone más severo y reparte pistolas de agua, él mismo tiene una, muy grande, que dispara poderosos chorros de agua. Una vez que todos estamos armados, empieza una guerra para expulsar a todos sus nietos. Cuando las cosas se ponen difíciles -esto es, cuando el abuelo ha podído sacar a mas o menos la mitad de esos niños de su casa- se arman pequeños bandos de unos contra otros, generalmente me quedo solo, y cuando me tienen rodeado, mi madre se asoma por una de las ventanas y me lanza una bayoneta casi tan potente como la de mi abuelo, con ella me deshago de mis agresores, y hasta el ebuelo tiene que correr a refugiarse mientras retoma el aire. Uno de mis primos, el más escandaloso y fanfarron, se resiste a los embates de mi bayoneta, pero al final pierde y lo empapo tanto que, de hacerse bolita, queda convertdo en pelota, la cual pateo y la mando lejos, lejos, muy lejos. Río de alegria sincera, y tan fuerte, que me despierto a mí mismo en los inevitables 27 años de edad.

lunes, octubre 03, 2005

Pasado

Recuerdos en retazos, y dispersos. Recuerdos de sueño interrumpido, de sábanas blancas y luz de las seis a.m. El frío de las mañanas de primavera y juegos infantiles que conozco, mas no recuerdo haber jugado. Recuerdos de risas, de carreras a la pared y de regreso, de palizas por la ganar y burlarme, o para que poner atención al libro o la tarea. Me recuerdo a las diez p.m. Fingía que dormía, pues con los ojos cerrados no tenía que enfrentar a las sombras, y mucho menos a aquella soledad de los años infantes. Recuerdo películas vedadas, con mal audio, y tan aburridas que no entendía el porqué de la prohibición. Recuerdo la felicidad a ratos, el miedo muchas veces. Recuerdo el camino a la barranca, la peligrosa orilla, y el deseo de saber que hay allá abajo. Hoy no sé adónde se fué aquel niño, lo busco en estas líneas, en nuevos juegos, en la luz del sol se colándose por entre las hojas de los árboles. Ahí estoy yo, mirando el mundo, enorme como aquel barranco, con ganas de bajar, recorrerlo completo, armado con un pedazo de pan y una cantimplora. Ahí voy.