viernes, abril 07, 2006

...

Un aislar de momentos
Un hilar de emociones
Un recordar anacrónico
Un salir en busca
Un encuentro furtivo y tan breve
que la pretensión
no alcanza para darle alcanze
Pues apenas doblar la esquina
ya la vida es otra.
Solo la ciudad permanece.
Ahora, despues de una larga transición del sueño a la vigilia, encuentro muchos de aquello que ayer llamaba mi vida, y la descubro como una parte de mi que reniega de mi presente, que borra mi nombre y me nombra por algún mote supuestamente más adecuado. Se instala en un charco de intemporal estado más necia apatía, se piensa impía cuando no es más que inocua...