miércoles, junio 30, 2021

Para aquel que no habla todos los días.

Ojalá que no me juzgaras tan pronto. Ojalá. Espero que algún día dejes de lado esa manía por tener la razón. Que dejaras para otra ocasión esa obsesión por el tiempo. Que afan de tener todo en orden. Ojalá que no te cansaras tan pronto, que no te agobien tanto las dudas; que no te quieras marchar tan así porque sí, dejando todo y a todos. Mira, te veo llegar de nuevo y mi corazón late con fuerza. Salgo a tu encuentro y me encuentro con el hecho de que estas cansado -otra vez- que quieres tener unos minutos de parsimonia -que siempre extiendes a horas, a días...- que pretendes irte. Ojalá que en verdad te fueras, para estar seguro, de una vez por todas, que en verdad estas haciendo lo que deseas, que no te detienes por pena, por miedo, o porque quizá ya empiezas a entender que allá no hay nada más que lo que llevas. Ojalá que al salir a tu encuentro no me tope con la imagen de antaño -ojeroso, fastidiado, sin brillo en los ojos- ojalá que algún día hagas las paces con el mundo, con el espejo, contigo mismo, y te quedes.