martes, abril 26, 2005

mañanas

Subo una larga pendiente -de esas que conforman el paisaje de la orilla occidental del valle- y en el camino me encuentro con largas y angostas calles que son laberinto de otroras inexpugnables ciudades perdidas que ahora se encuentran como el anillo mugriento que despierta la conciencia de cualquier cantidad de jovenes en pugna con sus ideales, sus hormonas y todo su tiempo libre. Prueba de ello son los graffitis que iluminan las grises paredes de casi todas las construcciones que se erigen en la promesa de un segundo o tercer piso -es por eso que aún se asoman las varillas- A lo lejos el sol despunta e ilumina de sepia la parte baja de esta orilla bañada en el frío de las mañanas de primavera, el viento se ausenta y todo el valle se aparece como el ombligo del mundo.
Los motores rugen en su esfuerzo por salvar la pendiente.
Un perro cruza la calle a toda carrera, no puede evitar el auto que lo hace girar bajo sus llantas, solo se escuchan los aullidos del perro que, a salvo, sale corriendo en busca de refugio, despues solo el silencio de los que fuímos testigos, despues solo el motor alejandose y la indiferencia del chofer presente en este momento abominablemente eterno.

viernes, abril 22, 2005

Continuar

Ahora puedes verlo poco más claro, un poco más tangible a pesar de que esta lejos aún. No vas a cambiarlo, ¿cierto? No vas a tomar otro camino, vas a continuar -por decisión, por voluntad, y no por mera circunstancia- y vas a traer a tus fantasmas a que hagan frente a tu subjetivo mundo para mostrarlo objetivo, vas a presentarte ante cada ocasión como dicte tu ánimo, y vas a continuar sin esperar que nadie entienda y que todos deliberen según su propia experiencia. A partir de ahora estas un poc más solo, por puro derecho. No beberás energizantes por que tienes derecho a estar cansado, no daras saltos hasta el techo por que tienes derecho a no dejarte llevar por el furor, lo sabes, ¿Por qué entonces te arrepientes de repente? No sabes, no sabes...
Ahora puedes verlo un poco más claro, puedes oír el viento invocando al olvido, puedes sentir el presente como la arena que la marea arrastra para no ser nunca la misma playa, puedes ver que las rutas de los camiones, y los uniformes de los equipos de la liga, y los edificios, y las calles, y las gente, se aparecen completamente iguales, y sin embargo, ya no son los mismos. ¿Lo ves? añoraz los días pasados, son el precio a pagar por vivir acorde a tus propias decisiones.
Te respeto a pesar de todo.
Si, voy a echarte mucho de menos.

viernes, abril 15, 2005

Motivos varios

Escribir por escribir.
Escribir de bagatelas, de desacuerdos; escribir por que se tiene una larga queja atorada en la garganta y en el estomago y en la base de la espalda y en todos lados. Escribir crónicas de viajes, anecdotas mías y otras inventadas; escribir sin remedio, torpe, alegremente. Escribir una o dos palabras, escribir mil palabras de una sola sentada. Escribir acerca del mundo y de nada. Escribirte a ti, ausente y presente al mismo tiempo.
Escribir por que la vida es demasiado larga.

jueves, abril 14, 2005

a aquel que no sale todos los días.

Hoy no me siento particularmente amable, sin embargo, continuo a la orilla del camino planeando una celebración que involucre a todas y cada una de las personas que han transitado de alguna forma por mi vida.
Claro que estas cordialemnte invitado, de entre todos, eres tu el que no podía rechazar la invitación, deja de pensar que no eres bienvenido en estos lares, deja que una vez -por lo menos una- pueda verte tal cual eres, para que de esa forma, pueda decir -de una vez y para siempre- que de mi... sé que soy yo.

miércoles, abril 13, 2005

Llegar

Apenas abrir la puerta, un soplo de aire se cuela y llena la estancia de una sensación de vacío vacío de todo, menos de aquel breve murmullo que signa todas tus charlas pasadas. ¡Que tontas ganas de verte! Enciendo el radio para que sea otro el rumor que quiebre el silencio de este cuarto, cada canción habla acerca de mil cosas que no entiendo; me recuesto y me pongo apensar en la actual futilidad de todas las cosas, en la apariencias y su subjetiva naturaleza, en la falta de ánimo para cambiar de rumbo y en el consuelo de ser escuchado de vez en cuando. Entonces giro sobre mi costado para charlar contigo, te encuentro en las pocas líneas que componen mis manos, en tu rostro que se funde en el techo, en las liguitas que perdiste y/o dejaste olvidadas en mi cuarto, en las tardes/noches en el paraiso de C.U.
Te echo mucho de menos, no me lo permito. Te dejo ahí, en el cuarto que llenas con tu ausencia. Tomo un cigarro y una chamarra y parto a dar largos paseos nocturnos esperando no encontrar si no a mi -en la habitación- cuando vuelva...

martes, abril 12, 2005

dos

Quebrado, aburrido, sentado en medio del mundo, mirando a todos lados, esperando poco en concreto, sacudiendose el polvo que se acumula en sus hombros.
Pesado, viejo, titubeando con las palabras y las cosas.
Junta momentos para lanzarlos al viento en franca ofrenda por las glorias pasadas.

uno

Espero.
Las horas comienzan a acumularse de nuevo. Paso una, otra, otra más, pequeños desfiles plenos de pretenciones marchan frente a mis ojos.
La mar de la inmensidad me azota con olas de desencanto; acumulo horas de espera y la espera se prolonga indefinida/inoportunamente. Oleadas de astio me recorren el cuerpo, son las ganas de partir, marcharse, perderse unas horas, unos días, unas vidas...
Convenceme de partir.