martes, febrero 14, 2006

Soy nueva vida gestándose en tu interior.
Soy un minuto de sobra, un respiro; lapso muerto que en su incognosible existencia encierra infinidad de momentos igualmente indescifrables, Ahora, de vuelta a este lado del mundo, miro de frente la posibilidad de hacer carne aquel anhelo, tan humano, de aferrarse a esa diminuta posibilidad que signa tu compañia, esa que contradice todos los pronosticos y destruye la rutina...esa infima esperanza que siempre guardamos y mantenemos viva para que, vivir, sea mas que un intento con baja probabilidad de dejarnos satisfechos. Ahora, despues de ceder tanto y tanto, tenemos algo en común, algo... tan demasiado y tan poco que a sido necesario respirar por cada poro, miles de veces, para recuperar el aliento. ¡Que sensación tan adolescente! en un instante, las perspectivas se perdieron, crecieron, se tornaron muy otra cosa; la fuerza abandonó mis brazos para que mis piernas pudieran llevarme, mis ojos se nublaron para que mis oídos pudieran escuchar, mi sangre hervía, los sentidos restantes se me embotaban, y la negación golpeaba mi columna vertebral mientras la vida susurraba, dulcemente, Oh mio Babbino caro, para que una ligera sensación de abandono engrandeciera rededor mientras un aplauso levantaba la multitud de ficciones que se habían citado en mi cabeza para hacer de ese momento, el lapso muerto, el minuto de más, más largo de mi inçcognosible existencia.
Al minuto siguiente, se había terminado mi condición de hijo.
Ahora yo era el padre...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

niño o niña?

Jezabel Kein dijo...

Estas tres últimas entradas son una serie hermosa de reflexiones

Que bueno que las escribes!

JK

Efe dijo...

Niña.

Es una niña...