viernes, abril 07, 2006

...

Un aislar de momentos
Un hilar de emociones
Un recordar anacrónico
Un salir en busca
Un encuentro furtivo y tan breve
que la pretensión
no alcanza para darle alcanze
Pues apenas doblar la esquina
ya la vida es otra.
Solo la ciudad permanece.
Ahora, despues de una larga transición del sueño a la vigilia, encuentro muchos de aquello que ayer llamaba mi vida, y la descubro como una parte de mi que reniega de mi presente, que borra mi nombre y me nombra por algún mote supuestamente más adecuado. Se instala en un charco de intemporal estado más necia apatía, se piensa impía cuando no es más que inocua...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

??? a que se refiere ???

Mo dijo...

las horas de vigilia, en que le suño parece estar próximo a poseerte, pero te resistes por extrañas razones, es tiempo rico en vivencias pasadas que se tergiversan con el presente, y te dejan en la boca un sabor agridulce....y en la mente una confusión enorme, y no sabes cual es en verdad la realidad y cual es el sueño, y no reconoces ya tus facciones al mirarte al espejo y no recuerdas ya tu nombre....
Son tiempo deliciosos, exquisitos y al mismo tiempo tortuosos y oscuros....
Tal como la condición inherente del ser humano....humano, demasiado humano...


Un abrazo desde Chile
Mo

Mirando y Pedaleando dijo...

¿Acaso es el hijo? ¿O algunas frustraciones y otras cosas más?

Ya tenía rato que no posteabas... que bien que estás de vuelta y me dí una vuelta por tu blog. :)

Efe dijo...

Anónimo, no es nada, quiza sea mucho... bravata existencial por encontrarse en un charco en el momento en que alguién esta presente no para ayudar, si no para burlarse de ti.
Mo, ciertamente en el sueño me encuentro y vivo de nuevo y para siempre, despertar siempre es lo más difícil, humano, encabronadamente humano y tan vivo que en ocasiones duele...
Paulina, son frustraciones, muchas, pero es preciso continuar. Gracias por venir :D