lunes, agosto 28, 2006

Letras de sala de espera

Otro día, nueva luz ilumina esta espera, muy temprano me mandan llamar, es otra trabajadora social, mucho muy distinta a la que me atendiera la primera vez. De inmediato me pone al tanto de la situación, me pide que no me vaya muy lejos, que necesito quedarme pues en cuanto encuentre lugar en alguno de los hospitales infantiles de la red con la que están conectados, me ofrecerán el lugar y si no estoy en ese momento regreso a la fila de espera. Acepto y regreso a mi asiento, el televisor sigue encendido, las noticias de nuevo: esta mañana también hay que preocuparse por los simpatizantes de la Coalición por el bien de todos, pues ejercen su derecho de protesta bloqueando calles y tomando el Zócalo como base. Mierda, la ciudad es un caos. Me llaman de nuevo, es el traslado, los doctores llevan a cabo los procedimientos mientras yo espero, un chofer comienza a hacer maniobras con la ambulancia, nunca he estado en una, me pongo un poco nervioso, más cuando traen una incubadora, una doctora muy joven da instrucciones al camillero que trae a mi hija. Me acerco, trato de ver dentro de la incubadora, pero esta cubierta con un cobertor para que la luz no lastime los ojos de la pequeña, no puedo verla. Cuando la suben en la ambulancia me indican que suba con ellos, la doctora nos acompaña, también viene con nosotros la trabajadora social. El Chofer pregunta si debe prender la sirena, pues hay demasiado tráfico, la doctora asiente y trata de ponerme al tanto obligándome a repetirle los informes que hasta entonces me habían dado. Trato de ver a mi hija, de escuchar a la pediatra, de ver el camino. No puedo ver a la bebe porque sigue cubierta por el cobertor, además de que la doctora hace demasiadas preguntas, el camino esta lleno, el tráfico es terrible, nuestro destino es el hospital pediátrico de La Villa.
Llegamos, hicimos el doble de tiempo del que normalmente se hace en auto. Las sirenas ahogan su llanto y bajan la incubadora que transporta a mi bebe. Me hacen acompañarlos hasta la sala de neonatos, me dan el resumen clínico y me piden que le saque dos fotocopias… Salgo corriendo a buscar una fotocopiadora por esos lares, la encuentro después de cruzar el mercado de la villa, lugar sucio donde se venden artilugios religiosos, dulces y comida para los peregrinos. Regreso al hospital, me presentan al doctor Caramillo, hombre viejo y moreno, sin una cana asomando en su cabello, vistiendo camisas de colore brillantes y de un eterno muy buen humor, me habla acerca de la condición de mi pequeña, lo hace de manera optimista, me presenta a los cirujanos que intervendrán a la pequeña, y me despide, me pide que me valla a casa, que descanse porque: “toda persona que se queda a esperar sobrevive a base de gansitos y refrescos, con eso, cualquiera esta que se lo lleva la fregada” Así que me mandan a hablar con el resto de los trabajadores del hospital para realizar los tramites necesarios para el ingreso, y me advierten: “Va a estar aquí varios días, la visita es a las doce, ahí puede usted hablar con el doctor, él le dará el reporte diario de la evolución de su bebe. Necesitamos ocho pañales diarios.” Y voy a por los pañales, y regreso, y me dejan en la sala de espera a eso de la una treinta p.m. Tomo asiento un momento, solo para descansar un poco, respiro y tomo dirección de regreso al hospital de la mujer, donde esta mi esposa, para verla, para informarle acerca de nuestra hija. Ella se encontraba en un segundo piso, en una cama cercana a la puerta de la sala que guardaba a un pequeño grupo de madres. En cuanto me vio me estiro los brazos con urgencia, corrí a abrazarla, la bese, ella lloraba en silencio, Le explique que todo estaba bien, que la pequeña estaba ya en el hospital, que allá estaba bajo vigilancia médica. Ella me contó que nadie le decía nada, que no sabía nada de su bebe, que no pudo verla bien en cuanto nació, pues estaba drogada y la pinche enfermera solo le puso los pies en la cara. Se calmo un poco, me pidió que le ayudará a levantarse. “Si camino sano más pronto.” Y me llevo a la puerta, y me despidió casi de inmediato. “Ve con ella,” Fui de regreso al hospital infantil. Y de nuevo llego la noche, y de nuevo me encontré en la sala de espera, una muy distinta, con unas sillas donde es imposible quedarse más de una hora sentado. La madre de Cynthia llego, me ofreció hacer esa guardia, y le tomé la palabra, regresé a casa, y me fue imposible dormir; tomé algo de ropa sucia y la lavé, prendí el televisor y me encontré con la noticia de los campamentos de resistencia civil de López Obrador, pero no entendí mucho, me fui a la cama a esperar el otro día.
Temprano fui al hospital. Al mediodía pase a la visita, en la sala de neonatos, donde me hicieron lavarme las manos para ponerme cubre bocas y gorro y bata, para lavarme las manos de nuevo, y entrar. Mi pequeña estaba aún en incubadora, tenía una sonda en la boca por donde estaban drenándole liquido biliar, la alimentan por sonda. Ella esta despierta, tranquila, es la primera vez que la veo realmente. Ella es blanca, tiene mucho cabello, la nariz de la mamá, y unos ojos enormes.

-Hola bebe.
¿Cómo estas?
¿Te duele?
Tu mamá aún esta en el hospital, pero hoy la van a dar de alta, le pedí a tu abuelo, a mi padre, que la recibiera, ellos la acompañan ahora. ¿Me escuchas? Ahora todo va a estar mejor, el doctor me dijo que habías sufrido, pero ya estas acá, y yo contigo, bebe, no estés triste, no me dejan estar acá, contigo, pero voy a estar afuera, en la sala de espera, hasta que te dejen salir…

-¿Sabes? Tus abuelos me preguntaron si había pensado en bautizarte antes de que entraras al quirófano, y la verdad es que no sé, no sé. No soy un hombre de fervientes creencias religiosas, pero la fe de aquellos hombres y mujeres esta puesta en ti…

Así que me acerque un poco más a la incubadora, y con una señal de mis manos bauticé a la pequeña en el nombre del padre, del hijo, y del espíritu santo…

Le puse por nombre Silvana…

3 comentarios:

Dark Light dijo...

Me has conmovido infinitamente...

De nuevo agradezco que compartas esto...

Hermoso nombre.

Me da alegría que la hayas visto por fin, q hayas estado con ella.

Espero todo mejore cada vez mas.

Mirando y Pedaleando dijo...

Aaaayyy Efeeeee... casi me haces llorar, ¿ves lo que provocas? :')

Qué gusto que tu beba se ha mejorado :D

Umma1 dijo...

A mí me hiciste llorar.