jueves, enero 19, 2006

Me quede ante la promesa de compañía
Y dormí, mujer, el sueño de los condenados, me hundí en penumbras de anhelos enmohecidos para desaprenderlo todo, para aprender en ti, para vivir la fugacidad sin remordimientos, conocer la cartografía del cuerpo ajeno, sumirme en el otro y en su niebla encontrar una sombra que se adapte a la mía, para seguirla, como el eterno infante, y al atraparla verificar si puede pertenecerme, para pertenecerle, para poder hablar de mi y decir: "Soy yo"

4 comentarios:

Efe dijo...

Re Hi from México City! :D

ela dijo...

una compenetración de almas y cuerpo, creo que fue a lo q t referiste, o fue así como lo capte. Me encanta pasar por acá... saludos XD

Efe dijo...

Yo agradezco que vengas de vez en cuando, Un beso ;)

Anónimo dijo...

NO LO HABIA VISTO, PERO CREO QUE ES BUEN SITIO PARA LEER UN BUEN RATO